¡GUÍA PARA TENER UNA PIEL HERMOSA! PARTE 1
27 maja 2019
El masaje facial es un método que ha sido olvidado, dejando paso a los tratamientos en los salones cosméticos, SPA y clínicas de cirugía estética. Pero, ¿y si pudieras detener el tiempo en tu rostro mediante un masaje regular en casa? Te indicamos cómo hacerlo correctamente y revelamos cuáles son sus efectos beneficiosos.
Preparación para el masaje facial
En los tratamientos en casa lo mejor es que solo depende de ti cuándo los haces. Adapta el masaje facial a tus necesidades: si te interesa una mejor absorción de las sustancias activas de la crema o el suero y quieres que tu piel tenga un aspecto radiante durante todo el día, date el masaje por la mañana. Si tienes problemas para relajarte por la noche o si simplemente tienes más tiempo libre a esa hora, date el masaje antes de ir a dormir. Comienza lavando bien la piel del rostro, por ejemplo, utilizando el gel o el líquido micelar Dermo System. Sobre la piel así preparada aplica varias gotas de aceite o suero y deja que se absorban durante 1-2 minutos. Puedes utilizar los productos de nuestra oferta: el suero iluminador con vitamina C es mejor por la noche y el suero con ácido hialurónico también por la mañana. Normas del masaje facial
Ante todo, no hagas movimientos bruscos ni estires la piel. Tus movimientos deberían ser tranquilos, en armonía con tu respiración. Es mejor usar para el masaje los dedos corazón y anular, ya que es más sencillo controlar con ellos una presión uniforme. Evita los lugares en los que haya cualquier tipo de lesión cutánea. Frente: mueve los dedos desde el centro de la frente hacia las sienes realizando 6 movimientos circulares. Repite esta acción 3 veces. Ahora describe lentamente 3 círculos en las sienes. Termina el masaje de la frente con una presión delicada en los huecos de las sienes.
Nariz: acaricia la nariz por ambos lados, hacia arriba y hacia abajo 3 veces. A continuación realiza 3 círculos pequeños en la zona de las aletas de la nariz, presionando más fuerte al moverte hacia arriba.
Ojos: la piel alrededor de los ojos es más delicada y más fina que otras partes del rostro, así que controla la presión y no estires la piel. Sitúa el dedo índice en la línea de las cejas y el corazón bajo el ojo. Presiona con movimientos delicados desde la parte interior del ojo hacia la exterior, en dirección a las sienes. Repite esta acción 3 veces.
Boca y mentón: coloca los dedos por debajo del labio inferior, muévete con movimientos lentos hacia fuera y hacia arriba, levantando ligeramente las comisuras de los labios. Repite 3 veces. Masajea el mentón con un movimiento horizontal, colocando los dedos con su parte superior sobre la piel. Repite esto también 3 veces.
Mejillas: mejora el óvalo facial haciendo 6 movimientos circulares desde la barbilla hacia los lóbulos de las orejas, a continuación masajea con 6 movimientos circulares desde las ventanas de la nariz, bajo los pómulos y hacia las sienes. Repítelo todo 3 veces. Termina el masaje de las mejillas presionando ligeramente en las sienes.
Finaliza el masaje facial con la denominada lluvia, es decir, da golpecitos en la cara con las puntas de todos los dedos.
La acción beneficiosa del masaje facial
El masaje facial tiene una intensa acción antiestrés y relajante y, por lo tanto, ayuda a luchar contra los problemas para conciliar el sueño y mejora la calidad de este. La presión sobre la piel del rostro estimula la circulación sanguínea, abre los poros y llegan a los tejidos más sustancias nutritivas y activas de la crema o el suero. Por desgracia, el masaje no hace retroceder el tiempo, pero su aplicación regular puede detenerlo. Como resultado de los golpecitos en el rostro desaparecen los estancamientos linfáticos y los edemas y la microcirculación mejorada corrige el tono de la piel. El masaje relaja los músculos, cuya tensión es la causa directa de la formación de las arrugas de expresión. Gracias a la relajación la piel se alisa, se suavizan los rasgos de la cara y tenemos un aspecto más joven. Un masaje facial sistemático en casa es también una acción preventiva, ya que evita cambios tales como las patas de gallo o las comisuras de los labios caídas, que aparecen con el paso de los años. Es un entrenamiento de los músculos sin injerencia de la medicina estética. ¡Merece la pena darle una oportunidad!